Sedentarismo: un peligro latente

Las personas que tienen una vida sedentaria hacen poco o nada de actividad física, y eligen, en cambio, actividades como mirar televisión, leer o pasar su tiempo frente a una pantalla. Si bien puede parecer un hábito inofensivo, la falta de ejercicio puede provocar un problema de salud. En todo el mundo se calcula que 1 de cada 5 adultos es sedentario, y se da con más frecuencia en mujeres, adultos mayores y personas con bajos ingresos.

El sedentarismo se vincula con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, sobrepeso u obesidad, diabetes, dolores articulares, colesterol elevado, estrés, depresión y algunos tipos de cáncer. En las personas mayores, la falta de ejercicio puede aumentar el riesgo de caídas y deteriorar el rendimiento cognitivo.

¿Cómo combatirlo?

La mejor manera de combatir el sedentarismo es con alguna actividad física que requiera mover los músculos y hacer un desgaste de energía. No hace falta ir al gimnasio: una caminata aeróbica moderada o realizar ciertas tareas del hogar también cuentan; lo ideal es tener una rutina planificada que obligue al cuerpo a estar en movimiento con regularidad.

Las Guías de Actividad Física para Estadounidenses especifican que para no ser sedentario, hay que realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada, que puede ser una caminata rápida o limpiar la casa con energía. O bien tener 75 minutos semanales de actividad física intensa, como correr o realizar flexiones de brazos o piernas.

De todos modos, la elección de la actividad física debe ser personalizada y estar de acuerdo con las capacidades, posibilidades y preferencias de cada individuo. Está demostrado que si el ejercicio elegido es relativamente placentero, hay más posibilidades de que se sostenga en el tiempoe

Los beneficios del ejercicio son múltiples a cualquier edad: hay varios estudios que demuestran el vínculo entre la actividad física y una mejor calidad de vida. Entre sus múltiples ventajas, cabe destacar:

  • promueve el bienestar físico.
  • mejora la postura.
  • reduce los dolores musculares.
  • combate la ansiedad y la depresión.
  • en los adultos mayores, mejora el equilibrio y reduce el riesgo de caídas que pueden terminar en fracturas o lesiones severas.
  • mejora la salud cerebral y el desarrollo cognitivo.
  • fortalece huesos y músculos y reduce el riesgo de artritis.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), indican que las personas físicamente activas tienen un 33% menos de riesgo de mortalidad por cualquier causa, en comparación con las que son sedentarias.

Una rutina de ejercicio personalizada, combinada con una dieta saludable sin alcohol  sin tabaco, es la mejor receta evitar una muerte prematura.  Una caminata moderada o intensa, un ejercicio o una tarea del hogar hecha con energía, ya representa un beneficio que se puede acumular día a día.

Por todo eso… no esperes más, y empieza hoy mismo para agregar años de calidad a tu vida.

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